PARA MEJORAR LA CONVIVENCIA: agrandar el mapa

Vivimos en una sociedad compleja, qué duda cabe. La  excesiva especialización disciplinaria y la proliferación de diversos estilos de vida  con valores,  conductas  y comportamientos diferentes,   hacen que en ocasiones sea difícil entendernos. Personas de una misma nacionalidad, cultura,  mismo origen social  y  rango etario pueden tener visiones dispares en múltiples aspectos de la vida. Para qué decir si nos topamos con inmigrantes,  de distinta educación y con religiones variadas por dar un ejemplo. Acá las posibilidades de no entenderse o no estar de acuerdo van a ser mayores.

Las razones son muchas y variadas;  acceso masivo a la información,  mayor nivel de educación,   medios más accesibles,    mayor movilidad  física y  social.  Estas experiencias van generando una especie de mapa que cada uno construye para interpretar la realidad de acuerdo a lo aprendido y  lo experimentado. Este mapa, sin embargo,   no siempre admite la existencia y validez de  otros mapas, lo que naturalmente dificulta la buena convivencia, cimiento que sienta las bases para la construcción de una sociedad.

Como  ciudadanos debemos aprender a vivir juntos en un espacio social ejerciendo tolerancia,  aprendiendo a ceder encontrando el terreno de los acuerdos el que, idealmente debe ser más grande que el de los conflictos. Eso significa ser ciudadano.

Si no logramos esto,  será fácil caer en el terreno de la descalificación  a través del juicio fácil basado generalmente en un cliché, es decir, un lugar común asociado a estereotipos. Si bien este recurso es útil al darnos una explicación rápida y sencilla del porqué de los desacuerdos, muchas veces agranda el conflicto y dificulta el diálogo, ya que cada uno  defiende su  verdad sin escuchar al otro (por lo tanto ignora su propio mapa), cual diálogo de sordos. Es cosa de ver los debates en la TV o meterse a twitter para comprobar lo que señalo.

¿Cuál podría ser el camino? No tengo la receta, pero propongo agrandar el mapa: Leer más,  observar más,  escuchar más,  viajar más, (de modo real o virtual) empatizar más. Así  nos daremos cuenta de que la nuestra es sólo una parte de la realidad. Lo anterior no significa en modo alguno renunciar a convicciones y creencias personales. Al contrario, las defenderemos  mejor ya que será desde un mapa que nos permitirá visualizar más claramente  todas las dificultades de la ruta.

 

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